Introducción a Neovim


Siempre fui reacio a utilizar cualquier editor de texto que no fuera nano en GNU/Linux. Es extremadamente sencillo de utilizar, simplemente se debe tipear 'nano <archivo>' y voilà, a editar, y salvar los cambios con Ctrl+O. Pero siempre escuché esas palabras; «Ningún editor es tan poderoso como Vim», «Una vez que te acostumbres nunca abandonarás Vim», «Ninguna persona que sepa utilizar Vim usa algo más». Y pues, siempre me dio curiosidad esa especie de submundo al que todos hacían referencia.


Así que un buen día, ya hace un par de años, decidí probar vim. Tenía un pequeño archivo llamado ejemplo.txt que había creado con nano, así que sólo escribí en mi terminal


vim ejemplo.txt

Y todo comenzó. Debo decir que no fue una experiencia placentera para nada. Me topé con una pantalla llena de virgulillas (~) y en la cual no podía escribir nada; cada tecla activaba alguna función confusa (especialmente para un usuario principiante como lo era yo), pero por más que lo intentaba nada podía escribir. Finalmente, por medio de ensayo y error, comprendí que para insertar texto primero debía presionar la letra i. «Contraintuitivo —pensé–, ¿por qué un editor de texto no inicia en modo de edición?». Bueno, escribí lo que se me vino a la mente y decidí que era hora de guardarlo. Pero... ¿cómo? No tenía idea de cómo guardarlo. Pero lo que era peor, no tenía idea de cómo salir de allí. Ctrl+c no funcionaba, tampoco Ctrl+x ni ninguna combinación similar (aunque sí aparecían textos variados en la parte inferior de la pantalla, a los que traté de no prestar atención al estar yo absorbido en mi empresa). Me rendí y lo busqué en internet; resulta que existían varias formas de salir, :q!, :wq, ZZ... Pero entendí que hasta lo más básico era innecesariamente complicado de hacer, y me rendí. Me quedé con nano y así fui feliz.


Esta mes, sin embargo, tuve bastante tiempo libre, y mi mente curiosa de nuevo pensó en Vim. Decidí aprender a usarlo, sin importar las dificultades. Y la verdad, conseguí dominar lo básico mucho más rápido de lo que creí, y lo que es más sorprendente, me pareció tan intuitivo y poderoso que decidí que sería mi editor por defecto.


Si como yo siempre quisiste embarcarte a aprender Vim, aquí dejo lo más importante que he aprendido en el último tiempo para ayudarte.


Vi, Vim, Neovim


Antes de empezar, es necesario hacer una aclaración. Vi significa «editor visual», fue un editor de texto diseñado para el sistema operativo Unix en la década de 1970. Por otra parte, Vim significa «Vi Mejorado», es un editor de texto basado en Vi pero con numerosas mejoras. Finalmente, Neovim es un derivado de Vim relativamente reciente, diseñado especialmente para utilizar por defecto las funcionalidades que ofrecen los sistemas operativos modernos de las que Vim no hace uso por razones como retrocompatibilidad. Como Neovim es el más recomendado, decidí utilizar este en mi jornada y en el presente tutorial, pero lo básico también debería funcionar en otras versiones.


Instalación


Para empezar a usar Neovim, primero es necesario instalarlo en nuestro sistema operativo. Existen instrucciones detalladas en su wiki:


Instrucciones de instalación (en inglés)


Si te encuentras en una distribución GNU/Linux basada en Debian o Ubuntu (como Trisquel), lo más sencillo es abrir una terminal y tipear:


sudo apt install neovim

Primeros pasos


Una vez instalado, puedes lanzarlo tipeando en la terminal:


nvim

Una vez hecho eso, deberías haber entrado en Neovim.


Verás entonces una pantalla con coloridas virgulillas (~) marcando cada línea, indicando que se encuentran vacías (o, más precisamente, que no existen en el archivo). Si es tu primera vez, también es posible que aparezca un mensaje de bienvenida en inglés en el centro, el cual desaparecerá en cuanto comiences a agregar texto. La visión puede parecer muy diferente a la de nano y la de otros editores, pero descuida, al final hará lo mismo y mucho más.


Primero que nada, NO intentes escribir todavía. Yo cometí ese error la primera vez y sólo fue frustrante. El editor de texto Vi, así como todos sus derivados, inicia en el llamado modo normal o de comandos, y allí no puedes escribir directamente, al menos no de manera tradicional. Pasemos a otro modo: presiona la letra i en el teclado. Si aparece un INSERTAR en la parte inferior de la pantalla, significa que has ingresado en el modo de inserción; ya puedes escribir lo que gustes. Inserta varios párrafos; cuando estés satisfecho, presiona Esc (debería estar en la parte superior izquierda de tu teclado) para volver al modo normal.


En el modo normal, puedes moverte a través del texto utilizando las flechas del teclado, o bien con las letras h, j, k y l. Intenta con las flechas primero y, una vez te sientas cómodo, prueba con las letras mencionadas.


Sin salir del modo normal, prueba borrar algunos caracteres: mueve el cursor sobre alguna letra y presiona la x. La letra desapareció, ¿verdad? Si quieres volver a como estaba antes, presiona la u, que deshace cualquier acción realizada sobre el texto.


Prueba volver al modo de inserción con la i, escribe algo, vuelve al modo normal con Esc y luego restaura todo con u. Ctrl+r deshará la acción de u. Muy útil, ¿verdad?


Llegó el momento de guardar el archivo y salir. Si iniciaste neovim con el comando 'nvim', así sin más, debes especificar el nombre de archivo también. Simplemente presiona Esc para asegurarte de que estás en el modo normal, tipea los dos puntos (:), y agrega w <nombre de archivo>. Por ejemplo, si quieres nombrar tu archivo "prueba.txt" basta con escribir:


:w prueba.txt

Y luego, para salir:


:q

Recuerda presionar la tecla 'Enter' al finalizar cada comando iniciado con los dos puntos. Si todo salió bien, el comando ls debería mostrar el archivo prueba.txt en tu carpeta. Para volver a editar este archivo, simplemente pon


nvim prueba.txt

Y volverás al archivo (en modo normal, siempre recuerda eso). Agrega más texto presionando la i, un párrafo más si quieres, y una vez satisfecho puedes salir y guardar tus cambios con

un solo comando


:wq

O bien con un combo de teclas


ZZ

Para salir sin guardar, usa


:q!

Más funciones


Con esto ya deberías poder hacer lo básico, insertar texto, pero hay mucho más detrás de este programa:


Nota: agrego comillas ('') para mejorar la legibilidad, pero no las incluyas en los comandos













Está totalmente fuera del alcance de este artículo explicar todas las funciones de Neovim, o incluso la mayor parte de ellas, pero creo que esta es una buena base para que el lector continúe explorando por su cuenta. Por ejemplo, consultando la recopilación de comandos que hace sl1200:


neovim.gmi


Si sabes inglés, recomiendo totalmente probar el tutor que se incluye en Neovim y al que puedes acceder tipeando


:Tutor

¿Por qué Neovim?


Quizá puedas preguntarte, ¿por qué aprender a utilizar Neovim existiendo otros editores más sencillos? Pues existen varias razones:








¡Y mucho más! Eso es lo grandioso, llevo varias semanas aprendiendo de este editor de texto y solamente estoy arañando la superficie. No me imagino las complejas características que oculta todavía.


PD: Este artículo fue escrito con Neovim.


Volver a la página principal



/otros/